Ataque armado en oficina del ICE en Dallas deja varios muertos y heridos; FBI investiga como violencia dirigida

La ciudad de Dallas vivió este miércoles una nueva jornada de violencia tras un ataque armado contra una instalación del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés). El hecho dejó al menos dos detenidos muertos, un herido en condición grave y el atacante fallecido, según confirmaron autoridades federales y locales.


Redacción Catomedia 

El ataque y la investigación inicial

El Departamento de Policía de Dallas informó que el agresor abrió fuego desde la azotea de un edificio cercano contra la oficina del ICE. La primera respuesta de los agentes fue bajo la alerta de un posible “francotirador”. Poco después, la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, confirmó que el atacante murió por una herida de bala autoinfligida.

El FBI anunció que investiga el hecho como un “acto de violencia selectiva”. El jefe de la oficina local, Joe Rothrock, detalló que en la escena se hallaron proyectiles con mensajes escritos de carácter anti-ICE. El director del FBI, Kash Patel, publicó una fotografía en la que se observa uno de los casquillos con la inscripción “ANTI-ICE”.

Víctimas y alcance del ataque

Las víctimas fueron tres personas bajo custodia, de las cuales dos murieron y una permanece hospitalizada en estado crítico. Ningún agente de ICE ni miembros de las fuerzas de seguridad resultaron heridos.

De acuerdo con funcionarios de Seguridad Nacional, el atacante también disparó contra una camioneta de otra agencia federal que transportaba detenidos hacia la instalación, aunque estos vehículos no llevan identificación visible.

La oficina de ICE en Dallas procesa a cientos de detenidos a corto plazo antes de su traslado a centros de detención. CNN reportó que en el primer semestre del gobierno de Donald Trump esa oficina recibió a más de 8.000 personas, siendo una de las diez con mayor movimiento en todo el país.

Reacciones políticas y sociales

El ataque reavivó un debate político de alto voltaje en torno a la retórica sobre inmigración y la labor de ICE.

La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, responsabilizó a la “izquierda radical” por promover un discurso que, según dijo, alimenta el odio contra los agentes migratorios:

“Estos horrendos asesinatos deben servir como un llamado de atención para que la retórica contra ICE se detenga”.

En la misma línea, el senador republicano Ted Cruz calificó el hecho como el tercer ataque armado en Texas contra ICE o la Patrulla Fronteriza en lo que va del año y pidió a los políticos frenar la “demonización” contra las agencias federales:

“La violencia con motivación política está mal. Basta de exponer y hostigar a los agentes de ICE y CBP; esto tiene consecuencias muy reales”.

Por su parte, el alcalde de Dallas, Eric Johnson, pidió calma a la ciudadanía:

“Todavía hay muchas preguntas sin responder. Necesitamos paciencia, unidad y serenidad para entender lo ocurrido”.

Antecedentes y clima de tensión

El incidente ocurre semanas después de que la misma oficina del ICE recibiera una amenaza de bomba en agosto, y tras otros dos ataques armados en Texas contra instalaciones de inmigración y control fronterizo durante este año.

La Administración Trump ha endurecido su política migratoria y ha reforzado la presencia de ICE y CBP en la frontera sur. Al mismo tiempo, sectores opositores y grupos de derechos humanos han denunciado abusos, generando un clima de confrontación que, según expertos en seguridad, ha incrementado los ataques contra las fuerzas del orden.

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