Policía asesinado en Pasaje cuando iba a llevar a su hija a la escuela
El crimen ocurrió frente a su domicilio. La víctima había recibido amenazas y en su vehículo se halló un panfleto con amenazas a más uniformados.
Reducción Catomedia
Una nueva tragedia enluta a la institución policial en Ecuador. El cabo segundo Jimmy Andrés Espinoza Morales, de 34 años, fue asesinado la mañana del lunes 7 de julio mientras se preparaba para llevar a su hija a la escuela, en el sector Las Nieves, del cantón Pasaje, provincia de El Oro.
El crimen ocurrió frente a su vivienda, donde el uniformado se encontraba dentro de su vehículo esperando a su hija, cuando fue sorprendido por sujetos armados que lo dispararon múltiples veces a quemarropa, según confirmaron autoridades policiales de la zona.
Lo esperaban afuera de su casa
Según los primeros indicios levantados por los investigadores, los sicarios ya se encontraban fuera del inmueble, esperando que Espinoza saliera. Apenas ingresó al vehículo para trasladar a su hija a clases, fue atacado.
Moradores del sector aseguraron haber visto una camioneta gris sin placas en la zona, desde donde habrían disparado. No se descarta la participación de una motocicleta como vehículo de apoyo.
La escena del crimen fue acordonada por la Policía, que encontró al menos 21 indicios balísticos: 13 de fusil y 8 de pistola 9 mm, lo que evidencia la contundencia del ataque.
“Lamentamos mucho la pérdida de nuestro compañero. Esto no va a quedar en la impunidad. Vamos a llegar a los responsables”, manifestó el coronel William Calle, jefe de la Policía de la Zona 7.
Una amenaza previa y un mensaje inquietante
Dentro del vehículo baleado se encontró un panfleto en el que los asesinos advierten que continuarán los atentados contra policías. Este detalle, junto con los antecedentes de la víctima, hace pensar en una posible retaliación por su actividad dentro de la institución.
La Policía confirmó que Espinoza había recibido una amenaza hace aproximadamente un mes, aunque no se detallaron los motivos específicos. Las investigaciones buscan determinar si su trabajo en la ciudad de Guayaquil, donde estaba destacado, guarda relación con el crimen.
“Aquí hay Estado, no es tierra de nadie”
El jefe policial Calle también indicó que se han allanado varias viviendas en el sector y se realiza la revisión de cámaras de seguridad, tanto públicas como privadas, para identificar a los autores del crimen.
“Aquí hay Estado, aquí hay Policía. No es tierra de nadie”, afirmó Calle durante la rueda de prensa ofrecida horas después del asesinato.
Hija y esposa se salvaron
Uno de los aspectos más dolorosos del hecho fue que la hija de Espinoza aún no salía de la casa cuando se perpetró el asesinato. La menor y su madre escucharon los disparos y presenciaron la escena desde la vivienda.
Aunque ellas resultaron ilesas físicamente, testigos relataron que la esposa del uniformado sufrió una crisis emocional al ver el cuerpo de su esposo dentro del automóvil.
Trayectoria policial
Jimmy Andrés Espinoza tenía ocho años de servicio en la Policía Nacional. Se desempeñaba como agente motorizado en la ciudad de Guayaquil, una de las jurisdicciones con mayores niveles de violencia en el país. El día de su asesinato se encontraba en su jornada de descanso, visitando a su familia en Pasaje.
Su compromiso con la institución era reconocido por sus compañeros, quienes expresaron consternación y exigieron justicia en redes sociales.
Asesinatos a policías en aumento
Este crimen se suma a la creciente lista de uniformados asesinados en el país en los últimos meses. Desde que Ecuador declaró el conflicto armado interno en enero de 2024, más de 20 miembros de la Policía y Fuerzas Armadas han sido atacados por organizaciones delictivas.
Estos ataques se han vuelto más frecuentes incluso fuera del horario laboral de los uniformados, como una estrategia de intimidación por parte de grupos armados.
En muchos casos, las víctimas son padres de familia que sufren atentados frente a sus hogares, como ocurrió con Espinoza. La violencia criminal y el narcotráfico han escalado a niveles preocupantes, con ataques dirigidos a policías, jueces, fiscales, periodistas y funcionarios.
Investigación y pedido de justicia
El crimen ya está en manos de la Unidad de Delitos Contra la Vida (Dinased), que ha tomado el caso para realizar pericias técnicas, análisis balísticos y perfilamiento de sospechosos.
El gremio policial en El Oro ha convocado a una marcha silenciosa para exigir justicia, mientras familiares y allegados piden que el Estado proteja a los servidores públicos que están en la primera línea del combate al crimen organizado.
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